domingo, 4 de abril de 2010

Florence Nightingale

Florence Nightingale






Florence Nightingale (Florencia, Italia, 12 de mayo de 1820 - Londres, 13 de agosto de 1910), británica e hija de una familia terrateniente adinerada, es considerada la madre de la enfermería moderna.

Su padre, William Nightingale de Embly Park, Unitario, estaba involucrado en el movimiento contra la esclavitud y era un fiel creyente en que las mujeres, especialmente sus hijas, deberían obtener una educación. Ella y su hermana aprendieron italiano, latín, griego, Historia y Matemática de su padre y su tía, así como de otros tutores. William Nightingale se ocupó de la educación de sus hijas con una seriedad que por lo general solía reservarse a la educación de los hijos varones.
Su madre, Francés Nightingale también provenía de una familia unitaria, era hija del que fue diputado durante 46 años, William Smith quien defendió los derechos de los disidentes y se posicionó contra la trata de esclavos.
La religión tuvo una gran importancia para Florence. Su punto de vista religioso, no muy usual en aquel tiempo, se basaba en el servicio y mejora de las condiciones sociales de los demás.
En 1837, a los 17 años, Florence, según recoge en unos apuntes personales, tuvo una experiencia mística y sintió su “vocación”: una llamada de Dios para que fuera algo más que una señorita de buena cuna y utilizara sus talentos para ayudar a los demás, una experiencia decisiva que fortaleció su convicción de que no estaba hecha para una vida ordinaria; en consecuencia de ello: empezó a visitar las viviendas de personas pobres y enfermas tratando de ayudarlas a mitigar sus penas. Esta conducta no era bien vista por sus padres, porque Florence prefería hacer sus visitas a los enfermos y desprotegidos que acudir a fiestas y reuniones de sociedad.
Entre los 20 y los 30 años, hubo frecuentes conflictos con sus padres que proyectaban el matrimonio para ella, pero logró mantener tenazmente su independencia. En su diario, ella explicó por qué decidió no aceptar la oferta de matrimonio de Richard Moncton Milnes, uno de sus pretendientes:
“Yo tengo una naturaleza, moral y activa que requiere satisfacción y eso no encontraría en la vida de él. Yo podría sentirme satisfecha si pasara la vida con él combinando nuestros diferentes poderes para lograr un gran objetivo. Yo no podría satisfacer esta naturaleza pasando la vida con él, en compromisos sociales y organizando las cosas domésticas.”

No era fácil encontrar una esfera de actividad que permitiera a Florence Nightingale encauzar su talento y sus aptitudes. A los 30 años, recordaba su frustración:
“Siendo ya adulta, lo que más anhelaba era seguir una educación universitaria, adquirir conocimientos; pero aquello fue provisional”.
En 1845, Florence, decidida por cualquier medio a aprender la enfermería en la práctica, había pedido permiso a sus padres para atender a los enfermos en la Clínica Salisbury, cuyo médico jefe era un amigo de la familia. Pero no obtuvo el permiso, y no porque tuvieran algo en particular contra el hospital, sino porque sus padres consideraban que no era un trabajo adecuado para una dama de su posición social. Comentario de Florence sobre este asunto:

“Para ellos era como si hubiese decidido ser ayudante de cocina”.
Finalmente, llegó a la amarga conclusión de que sólo la viudez o la pobreza podían dar una ocasión de trabajar a una mujer con educación. Durante este triste periodo de su vida, recibió cierto estímulo del doctor Samuel Gridley Howe, el americano pionero en la enseñanza para ciegos, quien le aconsejó que perseverase en su vocación de enfermera a pesar de la consternación de familiares y amigos diciéndole:
“La única manera de satisfacer una pasión es realizándola”
Cuando vivió en 1848 en Londres, Florence tuvo la oportunidad de enseñar durante varios meses a los niños pobres (sus “ladronzuelos”) en la Ragged School de Westminster. Esta experiencia le abrió los ojos ante el fenómeno de la pobreza y adquirió la certeza de que podía ser útil pero, una vez más, no pudo hacer oídos sordos a los reparos de su familia:
“Si pudiéramos ser educados – observó Florence – dejando al margen lo que la gente piense o deje de pensar, y teniendo en cuenta sólo lo que en principio es bueno o malo, ¡qué diferente sería todo!” (O’Maley, 1931, pág. 151).
En 1852 ella escribió, pero nunca publicó:
“Se supone que las mujeres no deben tener una ocupación suficientemente importante para no ser interrumpida...Ellas se han acostumbrado a considerar la ocupación intelectual como un pasatiempo egoísta, y es su "deber" dejarlo, para atender a cualquiera más pequeño que ellas.”
A pesar de todo, se rebeló contra los prejuicios de su época y contra su destino de mujer que debía permanecer en el hogar y escogió la profesión de enfermera, hasta ese momento desprestigiada y reservada a los pobres y a la clase trabajadora.


Un año más tarde, tras una recomendación del secretario de Guerra Sidney Herbert, pasó a ser superintendente en el “Institute for the Care of Sick Gentlewomen”.

Cuando en 1853 visitó el Hospital Lariboisière en París (foto inferior), quedó favorablemente impresionada por sus salas, construidas a modo de pabellones. Estas salas estaban especialmente diseñadas para recibir la luz y el aire fresco, al tiempo que permitían que los “efluvios malignos” o “miasmas” pudieran disiparse entre los largos y estrechos bloques.






El aire de leyenda que acompaña la figura de Florence Nightingale comenzó a raíz del estallido de la guerra franco rusa, en Crimea, en el año 1854. Un informe suyo acerca de las condiciones de vida de los soldados heridos impulsó a Herbert a enviar allí a Nightingale. De este modo, el 21 de octubre de 1854 Florence Nightingale y un batallón formado por 38 enfermeras voluntarias fue enviado a Crimea. Nightingale encontró que las condiciones en el hospital militar en Scutari (hoy Uskudar) eran alarmantes. Los hombres eran mantenidos en cuartos sin sábanas ni comida decente. Sin lavar, ellas mantenían sus uniformes puestos, "tiesos de la suciedad". En estas condiciones no era sorprendente que en los hospitales militares, heridas de guerra era solo la sexta razón de defunción. Enfermedades como el tifus, cólera y disentería eran las tres causas principales por las cuales la proporción de muertos era tan alta.
Nightingale y sus compañeras de trabajo reformaron y limpiaron el hospital, a pesar de la reacción de doctores y oficiales e hicieron caer la tasa de mortalidad desde el 40% al 2%. Surgió entonces la leyenda de “La Dama de la lámpara” o “El ángel de los tullidos” pues Florence, acompañada por una lámpara y por un búho domesticado en el bolsillo, solía realizar interminables rondas nocturnas entre los heridos curándolos y brindándoles ánimo. Desgraciadamente, allí, Florence Nightingale contrajo la brucelosis.



En 1856 Florence Nightingale regresó a Inglaterra como una heroína nacional. Y decidió empezar una campaña para mejorar la calidad de la enfermería en los hospitales militares. Su evidencia en la Comisión de Sanidad de 1857 eventualmente resultó en la formación de una universidad médica militar.

En 1858, Florence Nightingale fue la primera mujer miembro de la Statistical Society y en 1874 fue nombrada miembra honoraria de la Asociación Americana de Estadística. En 1883, la reina Victoria le otorgó la Royal Red Cross y en 1907, fue la primera mujer condecorada con la Order of Merit.

“Tan sólo he cumplido mi deber como ser humano” - Florence Nightingale.

Dedicó el resto de su vida a promover su profesión y fundó una escuela de enfermeras que lleva su nombre.

Durante la guerra de Secesión en 1861 fue llamada por el gobierno de la Unión para que organizara sus hospitales de campaña.

Desconocido para muchos es su desarrollo innovador de técnicas en el análisis estadístico (como el "ploteo" de incidencias de muerte prevenible entre los militares durante la guerra), con lo cual mostró, finalmente, cómo un fenómeno social podía ser medido objetivamente y analizado matemáticamente.

También fue una innovadora en la recolección, tabulación, interpretación y presentación gráfica de las estadísticas descriptivas; mostró cómo la estadística proporciona un marco de organización para controlar y aprender, y puede llevar a mejoras en las prácticas quirúrgicas y médicas. También desarrolló una Fórmula Modelo de Estadística Hospitalaria para que los hospitales recolectaran y generaran datos y estadísticas consistentes.


El siguiente poema de Longfellow condensa la historia casi legendaria de esta mujer que forma parte de los anales registrados en los servicios a la humanidad. Semejaba un ángel de misericordia cuya sola presencia llevaba la felicidad a muchos miles de hombres desdichados; y la luz que en las angustiosas horas de las noches proyectaba esta incansable mujer, un radiante milagro. Su trabajo, impuesto voluntariamente, no conocía el reposo. Los soldados besaban su sombra, cuando ella pasaba.
Para dispersar sus opiniones sobre la reforma, Nightingale publicó dos libros, Notas de Hospital (1859) y Notas de Enfermería (1859). Con el apoyo de amigos adinerados y The Times, Nightingale pudo reunir £59,000 para mejorar la calidad de la enfermería. En 1860 utilizó este dinero para fundar la Escuela y Casa para Enfermeras Nightingale en el Hospital St. Thomas. Ella también se involucró en el entrenamiento de enfermeras que trabajaban en "casas de trabajo", como resultado de una ley en protección de los pobres, de 1834.
Nightingale tenía fuertes opiniones sobre los derechos de las mujeres. En su libro Sugerencias para pensar para los buscadores de las verdades religiosas (1859) ella argumentó fuertemente para que se eliminaran las restricciones que prevenían a las mujeres de tener carreras.
Posteriormente en su vida, Nightingale sufrió de mala salud y en 1895 se volvió ciega, luego perdió otras facultades, lo cual significó que tuvo que recibir cuidado tiempo completo. A pesar de estar completamente inválida, vivió otros 15 años, antes de su muerte en 1910.

Referencias:
1. http://www.spartacus.schoolnet.co.uk/REnightingale.htm
2. Larousse, Dictionary of Women, New York, 1996
3. Audain, Cynthia, http://www.scottlan.edu/Iriddle/women/
4. Cohen, I.B. "Florence Nightingale", Scientific American, 250 (March 1984), 128-137
5. Sandra Stinnett. "Women in Statistics: Sesquicentennial Activities," The American Statistician, May 1990, Vol 44, No. 2, 74-80.
6. Kopf, E.W. "Florence Nightingale as a Statistician," J. Amer. Statist. Assoc., 15 (1916), 388-404.
7. Nuttall, P. "The Passionate Statistician," Nursing Times, 28 (1983), 25- 27.
8. Grier, M.R. "Florence Nightingale and Statistics," Res. Nurse Health, 1 (1978), 91-109.
9. Lipsey, Sally. "Mathematical Education in the Life of Florence Nightingale," Newsletter of the Association for Women in Mathematics, Vol 23, Number 4 (July-August 1993), 11-12.
10.Wadsworth Jr., Harrison, Kenneth Stephens and A. Blanton Godfrey, Modern Methods for Quality Control and Improvement, Wiley & Sons, 1986. Discute la historia de los métodos gráficos de control de calidad y las contribuciones de F. Nightingale.

1 comentario:

Cristina dijo...

Tenemos que estudiar la historia de esta maravillosa mujer, y me he dirigido aquí mediante el buscador Google.
Estoy estudiando para técnico auxiliar cuidados y enfermería y me apasiona saber que han habido mujeres tan fuertes y valientes a la vez que valerosas.
Gracias por compartir en tu blog esta historia.
saludos

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